Hace días, y en un giro inusual y poco acostumbrado, el empresario guatemalteco ofreció una reflexión personal sobre su vida en el editorial de su programa de televisión semanal, Razón de Estado.
En su mensaje, se refirió el significado verdadero de la vida y el arte de vivir bajo una perspectiva humana y cercana: “El tiempo me ha enseñado que el reto y el gozo de vivir la vida están en el camino, no en el destino. Y para darle sentido al diario vivir y caminar, solo hay que aprender, preservar y practicar ese código de valores que nos permite presentarnos ante el mundo como seres humanos solventes. Especialmente, frente a nosotros mismos”.
Además, señaló los valores que debemos cultivar para cosechar una vida fructífera y bien vivida: “Dicen que la vida es cuestión de saldos; la diferencia entre lo bueno y malo que nos pasa, la diferencia entre nuestras virtudes y nuestros defectos, entre nuestros aciertos y desaciertos. Por eso es fácil, para el generoso, para el humilde de corazón, para el decente; aunque caiga o se equivoque muchas veces, sumar saldo positivo a su vida y en la vida”.
También, rescató la importancia de la resiliencia frente a la adversidad y la capacidad de levantarse frente a los fracasos: “Sólo la madurez y la experiencia que dan los golpes y las caídas nos permiten encontrar paz interior y armonía; virtudes a las que solo se llega cuando has aprendido a triunfar sobre ti mismo; más allá de tus defectos, a pesar de tus errores; aceptando que la vida es volátil y cambiante, y por eso emocionante”.
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